A primera vista, es difícil distinguir la piel deshidratada de la piel seca. Sin embargo, cada uno de ellas tiene necesidades y cuidados específicos. Nos centramos en la piel deshidratada.
Alrededor del 70 % de nuestra piel está formada por agua, de la cual una pequeña parte, alrededor del 10 %, se concentra en su capa más externa: el estrato córneo. Junto con la película hidrolipídica, asegura la función de barrera de la piel. Pero cuando le falta agua, esta protección se ve mermada y la pérdida insensible de agua aumenta. Esto significa que el agua se evapora más fácilmente. La piel se vuelve más frágil y menos flexible.
Se debe a factores externos como el viento y el frío, la calefacción, los productos cosméticos inadecuados, la depilación, etc. Pero también factores internos como el envejecimiento de la piel y las variaciones hormonales.
Por lo tanto, el producto ideal para el cuidado de la piel deshidratada debe combinar tanto activos hidratantes (para la hidratación) como lípidos (para restaurar la función de barrera de la película hidrolipídica y limitar la evaporación del agua).
No entendía por qué mi piel absorbía la base de maquillaje hasta que una esteticista me explicó que simplemente estaba deshidratada.
¿Qué aspecto tiene la piel deshidratada?
Piel apagada, áspera y tirante, líneas de expresión en el rabillo de los ojos, maquillaje que no se fija y que hace que aparezcan grietas en las mejillas, alrededor de los ojos o alrededor de la boca, piel menos elástica que parece envejecer prematuramente... Estos son algunos de los signos que indican que tu piel está deshidratada. Estas características son las mismas para todos los tipos de pieles deshidratadas, ya sean grasas, normales, mixtas o secas.
Porque sí, se puede tener la piel grasa y deshidratada al mismo tiempo. Pero si tu piel es constantemente grasa (tu tipo de piel) solo se disminuye. Por suerte, es posible mejorar la comodidad de tu piel siempre que elijas los productos adecuados.
La piel del rostro no es la única que se ve afectada por la deshidratación. Lo mismo ocurre con el cuerpo, especialmente en invierno.
Piernas y manos bien hidratadas
Tus piernas no se libran de la deshidratación, y seguro que lo sabes si llevas medias: en invierno, tus piernas pueden tener «piel de cocodrilo». Las manos también pueden sufrir los efectos del frío y de los repetidos lavados con jabón o gel hidroalcohólico. En cualquier caso, ¡hay que hidratarse lo más a menudo posible!
¡Para unos labios supersuaves!
La piel de los labios, que carece de película hidrolipídica y es cinco veces más fina que la del rostro, está especialmente expuesta al riesgo de deshidratación, sobre todo cuando hace frío. Para evitar la aparición de labios agrietados, tan antiestéticos como dolorosos, utiliza frecuentemente tu barra o bálsamo labial hidratante.
Un gel de ducha demasiado agresivo y un agua demasiado dura: esta es la receta ideal para la piel deshidratada del cuerpo y del rostro después de la ducha, lo que provoca rojeces y tirantez. Este efecto se puede potenciar aún más por el efecto secante de la calefacción.
Para prevenirlo, opta por productos de limpieza suaves y sin jabón que actúan tanto para hidratar la piel como para restaurar la barrera cutánea. Tras la ducha, aplicar en el cuerpo productos hidratantes de textura fluida, no pegajosa ni grasa, especialmente formulados para pieles deshidratadas. Y para el rostro, elige cremas hidratantes adaptadas a tu tipo de piel.
Un pequeño truco para reforzar la hidratación de tu piel: pulveriza generosamente el agua termal con propiedades calmantes sobre tu piel, masajea con las yemas de los dedos y absorbe el exceso con un disco de algodón reutilizable. A continuación, aplica rápidamente tu producto de cuidado de la piel para evitar que el agua termal se evapore.
NUESTRAS SOLUCIONES PARA LA PIEL DESHIDRATADA
Los productos de cuidado de la piel de Eau Thermale Avène diseñados para hidratar la piel
A: Piel seca - B: Piel normal 1- Hipodermis 2- Dermis 3 - Epidermis 4- Estrato córneo
