Poros dilatados, espinillas, puntos negros que pueden inflamarse, piel grasa y brillante... No hay duda de que tu hija o hijo adolescente sufre de acné. Y esto también puede traer recuerdos dolorosos. Aunque suele ser leve, el acné puede ser un calvario. Afortunadamente, desde las rutinas de cuidado hasta los tratamientos médicos, hay soluciones disponibles.
El acné en adolescentes: un problema difícil para las y los adolescentes
Los cambios hormonales en la pubertad suelen provocar la aparición de acné durante la adolescencia. Esta enfermedad de la piel afecta al 80% de las y los adolescentes*. Alrededor de los 12-13 años para las chicas y de los 14-15 años para los chicos, la piel se vuelve grasa y empiezan a aparecer los puntos negros. Como el acné es visible y a menudo causa dolor físico, puede tener un impacto significativo en la vida de las y los adolescentes y algunos sufren más que la mayoría. No hay que subestimar las posibles repercusiones del acné en la autoestima: el simple hecho de hablar de ello con un médico puede ser un primer paso tranquilizador.
Como madre o padre, desempeñas un papel vital para ayudarle a tu adolescente durante estos años de profunda transformación, que a veces pueden estar asociados con el acné. Por supuesto, llevar a tu hija o hijo adolescente a ver a un médico si sufre de granos es un paso importante. Pero también puedes guiarle en la vida diaria fomentando un estilo de vida saludable. Desde una dieta equilibrada hasta una actividad física regular, pasando por evitar el tabaco y el estrés, hay varias formas de apoyar a tu adolescente en su camino hacia la edad adulta y ayudarle a que adopte un estilo de vida saludable que le haga sentirse mejor consigo.
Puede ser difícil entender que el acné no siempre se puede curar con la rapidez que nos gustaría. Una cosa es segura: lo mejor es tratar el acné rápidamente para evitar al máximo las marcas y las cicatrices. Cuanto más se espere a que las imperfecciones empeoren, más difícil será el tratamiento.
¿Qué tratamientos existen para adolescentes?
Existen varias opciones de tratamiento para el acné en adolescentes. Los tratamientos aplicados en la piel para los casos de acné leve pueden dirigirse a las manchas de forma localizada. Los antibióticos orales pueden utilizarse cuando el acné es más extendido e inflamatorio. Por último, la prescripción de isotretinoína suele ser eficaz para el acné más grave. El uso de la isotretinoína está muy regulado en las niñas debido al riesgo de malformaciones fetales en caso de embarazo. Pide siempre consejo a tu dermatóloga o dermatólogo.
Es esencial limpiar la piel una o dos veces al día. Para ello, se recomienda elegir geles o lociones dermatológicas que no sean grasos ni comedogénicos. Hacer espuma con las manos y, después de aclarar la piel con agua tibia, secarla con una toalla suave. También se puede optar por un agua limpiadora micelar matificante. Evitar los jabones y aceites secantes que favorecen el acné y los productos con alcohol que irritan la piel.
No. Las personas jóvenes no son las únicos que tienen acné. Las y los adultos también se ven afectados, sobre todo las mujeres (casi una de cada cuatro mujeres en sus treinta).
No. En las y los adolescentes, los granos de acné suelen localizarse en la zona T: la parte de la cara donde se encuentran la nariz, la frente y la barbilla. Pero el acné no sólo afecta a esta zona: también aparecen manchas en el escote y la espalda.
Una vez que se ha exprimido un grano, la piel puede infectarse, especialmente por los microbios que se encuentran bajo las uñas. Esto también aumenta el riesgo de que quede una cicatriz.
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