En la primavera de 2020, un nuevo accesorio se introdujo en nuestras vidas: la máscara. En el colegio, en la oficina y en el transporte público, se ha abierto paso en los espacios públicos para mantener a raya el virus de la COVID-19. Pero para algunos, su uso tiene un inconveniente: la tendencia a agravar el acné. Te damos algunos consejos para gestionar esta situación.
Ya sea una mascarilla hecha en casa o comprada en una tienda, una mascarilla quirúrgica o una mascarilla protectora, llevar mascarilla se ha convertido en un hábito indispensable. Si bien su propósito es protegernos del coronavirus (pero también de la gripe y otras enfermedades víricas), lo cual está bien establecido, puede por otro lado presentar algunos inconvenientes para la piel.
En efecto, colocada sobre la nariz y cubriendo la parte inferior del rostro hasta la barbilla, la mascarilla puede provocar irritaciones (rojeces, picores, etc.) y hacer que aparezcan o se agraven enfermedades cutáneas ya existentes, como el acné.
Entre el calor, la fricción y la humedad, la piel se «asfixia» bajo la mascarilla. Las bacterias proliferan y el flujo de sebo se interrumpe. El resultado: pueden aparecer granos, especialmente en las zonas con más glándulas sebáceas, como la nariz y la barbilla. Por ello, para protegerse eficazmente y dejar que la piel respire, la mascarilla debe estar ajustada, pero no demasiado.
¿Cómo prevenir la aparición o el agravamiento del acné? En primer lugar, siguiendo las recomendaciones vigentes: cambiar regularmente la mascarilla desechable (cada cuatro horas o en cuanto se humedezca) y mantener adecuadamente las mascarillas de tejido industrial. Esto se debe a que las impurezas quedan incrustadas en el tejido de las mascarillas reutilizables si no se limpian adecuadamente, lo que las hace aún más irritantes y comedogénicas.
Tengo muchos más granos desde que empecé a usar mascarilla en el colegio. Noto la diferencia con respecto a cuando no la llevo. Pero si uso mi crema, tengo menos.
Mathéo, 15 años
¿Cuál es tu rutina de cuidado de la piel para el acné relacionado con las mascarillas?
La limpieza y la hidratación son la base de una buena rutina diaria de cuidado de la piel. Esto es aún más cierto con la mascarilla.
Limpiar la piel
Gel limpiador, agua micelar, crema limpiadora suave... Para limpiar la piel y eliminar el sebo y las impurezas que se acumulan debajo de la mascarilla, hay mucho donde elegir. Elige la fórmula que más te convenga y aplícala por la mañana y por la noche. Debe ser no comedogénica, combatir las imperfecciones y estar adaptada a tu tipo de piel.
Hidratar la piel
Para evitar que la piel se «asfixie» y que el acné aparezca o se agrave, lo mejor es utilizar un producto matificante o antiimperfecciones que deje respirar la piel, tenga una acción específica sobre los granos y evite que vuelvan a aparecer. Por la noche, una vez retirada la mascarilla, aplica un tratamiento nocturno concentrado antiimperfecciones o alisador.
¿Y qué pasa con el maquillaje: olvidarlo o seguir usándolo?
Nada te impide maquillarte, ya sea para sentirte bien o para camuflar tus marcas de acné. Pero con esto también es importante seguir las recomendaciones y elegir los productos adecuados: una base de maquillaje que sea comedogénica y que se aplique en una capa demasiado gruesa podría, por ejemplo, obstruir aún más los poros. Ya sabes el resto: los poros obstruidos bajo la mascarilla húmeda o sin lavar son los lugares ideales para que el acné se desarrolle o empeore.
Para evitar estos inconvenientes, selecciona productos dermocosméticos con el sello de «maquillaje médico» o «piel sensible» que puedes encontrar en farmacias y tiendas de cosmética. Proporcionan cobertura y son no comedogénicos, para dejar que la piel respire.
Las medidas correctas contra el acné relacionado con la mascarilla
Tal vez ya tenías acné antes del uso generalizado de las mascarillas. ¿O tal vez haya aparecido desde entonces? En cualquier caso, resiste la tentación de hurgarte los granos si quieres evitar la proliferación bacteriana y la aparición de nuevas lesiones. Y cuando las recomendaciones y las circunstancias lo permitan, retírate la mascarilla durante unos minutos y rocía tu rostro con agua termal con propiedades calmantes, suavizantes y antiirritantes. ¡Tu piel te lo agradecerá!
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